EL OTRO BURKA, HERRAMIENTA PARA DELINQUIR

Hace unas semanas saltó la sorpresa en el Senado. El PP ha logrado que la Cámara Alta aprobara el pasado 23 su propuesta para prohibir el “Burka” (la túnica que cubre todo el cuerpo de la mujer, que sólo puede ver el exterior a través de una rejilla) y el “Nigab” (un velo en el rostro que sólo deja libres los ojos y una túnica hasta los pies) en todos los espacios públicos, incluida la calle. El PSOE había pactado con CiU, ERC y todos los grupos menos el PP una enmienda de sustitución de la moción del PP que eliminaba la prohibición. Pero al final, CiU y UPD han apoyado al Partido Popular, lo que ha permitido que su propuesta saliera adelante por 131 votos a favor y 129 en contra. Esto visto desde fuera de Cataluña puede interpretarse sin duda como un gran logro del PP que fue quien presento la moción y una mas que positiva complicidad tanto de CIU como del partido de Rosa Diez. En Cataluña el análisis va mucho más allá y se nos antoja bastante más complejo. Aquí entramos en escena las mujeres y los hombres de PXC con Anglada al frente, los llamados partidos tradicionales o lo que es lo mismo los mismos que llevan años y años fomentando la inmigración indiscriminada a cualquier precio habían hecho oídos sordos a este tema hasta hace pocos meses, incluso diría que semanas. Justo con la publicación de algunas consultas que daban a PXC unos resultados espectaculares en las próximas elecciones autonómicas unido a las propias encuestas internas que manejan algunos partidos del arco catalán se ha abierto la caja de los truenos en cuanto a cuestiones de Burkas y demás trapos. No hay más que ver como la Sra. Alicia Sánchez Camacho buscaba la foto por la cámara de forma desesperada. En PXC y más si cabe nuestro presidente Anglada tiene que estar harto satisfecho en cuanto a expectativas se refiere y sentir como propio el éxito de la aprobación de tan necesaria propuesta. Necesaria, básica y esencial en cualquier estado de derecho que se precie. Es del todo intolerable y menos viviendo, como estamos, bajo el manto de inseguridad a la que nos enfrentamos últimamente por las calles, que un ser vivo se pueda pasear con el rostro tapado. ¿Se imaginan ustedes la de barbaridades que se podrían cometer en nombre de la libertad de religión bajo la tan cacareada mascara musulmana? Por ejemplo: “El Solitario” de turno podría entrar en cualquier sucursal bancaria bajo el lema de su libertad de religión, a un maltratador con una orden de alejamiento se le podría ocurrir esconderse bajo un Burka para acercarse a su victima, o incluso a alguien presentarse a un examen en representación de otra persona, o reventar cabinas de teléfonos y parkimetros con el rostro oculto bajo un “Nigab”. Me produce verdaderos espasmos el pensar que ha habido y habrá debate en un caso tan claro y meridiano. Por no hablar de la perdida de identidad que supondría para Europa una proliferación de este tipo de prendas islamistas. Conviene no olvidar que Europa, España y Catalunya son lugares de destino de la inmigración musulmana, entre otras, gracias precisamente a nuestras raíces católicas. No hay mas que echar un ojo a como se han de ver los países musulmanes a los que no les ha tocado la lotería del oro negro.

ROVE