
EL SPIDERMAN DE SALT
El viernes despertábamos con la trágica noticia del fallecimiento del joven marroquí de Salt que cayó de un quinto piso durante una persecución policial. No voy a decir que me alegre de la muerte de este menor, lo suficientemente mayor para ya contar en su currículum con varias detenciones. Pero mentiría si dijera que me da la misma lastima que cualquiera de los casi 3000 muertos del atentado de las torres gemelas en New York o más que alguna de las 191 que perdieron la vida en Madrid un once de Marzo no tan lejano.
El mismo viernes podíamos ver en televisión a varias amigas del joven destrozadas por la muerte de su amigo, conocido como el Spiderman por su enorme habilidad en trepar bloques para después desvalijar viviendas. Una de ellas declaraba a cámara textualmente que el chico era un gran chaval que todo lo que tenía te lo daba, se le olvidaba el pequeño detalle que tal vez todo lo que daba era porque antes lo quitaba seguramente a gente trabajadora de la localidad de Salt o vecinas.
Claro que la muerte de cualquier persona es trágica, evidentemente, pero quién sabe el futuro que le esperaba al joven, y a sus convecinos posibles víctimas de las nuevas hazañas del Superhéroe de Salt.
La pésima y lamentable gestión de los políticos en materia de inmigración, los de Salt en particular y de los gobiernos catalanes y españoles en general ha convertido a algunos de nuestros municipios en verdaderos reinos de Taifas que ya sólo una política realista y efectiva como la que propone PxC puede solucionar. Y para que quede claro que no han aprendido nada Artur Mas nos coloca como máximo responsable de inmigración a uno de los responsables de convertir a Badalona en un polvorín como el de Salt que está apunto de estallar en cualquier momento.
Descansen en paz todos los vecinos de Salt y también el joven hombre araña que a estas alturas ya se habrá dado cuenta de que Dios sólo hay uno y verdadero, el mismo que en el séptimo mandamiento dejo dicho: No robarás.
El viernes despertábamos con la trágica noticia del fallecimiento del joven marroquí de Salt que cayó de un quinto piso durante una persecución policial. No voy a decir que me alegre de la muerte de este menor, lo suficientemente mayor para ya contar en su currículum con varias detenciones. Pero mentiría si dijera que me da la misma lastima que cualquiera de los casi 3000 muertos del atentado de las torres gemelas en New York o más que alguna de las 191 que perdieron la vida en Madrid un once de Marzo no tan lejano.
El mismo viernes podíamos ver en televisión a varias amigas del joven destrozadas por la muerte de su amigo, conocido como el Spiderman por su enorme habilidad en trepar bloques para después desvalijar viviendas. Una de ellas declaraba a cámara textualmente que el chico era un gran chaval que todo lo que tenía te lo daba, se le olvidaba el pequeño detalle que tal vez todo lo que daba era porque antes lo quitaba seguramente a gente trabajadora de la localidad de Salt o vecinas.
Claro que la muerte de cualquier persona es trágica, evidentemente, pero quién sabe el futuro que le esperaba al joven, y a sus convecinos posibles víctimas de las nuevas hazañas del Superhéroe de Salt.
La pésima y lamentable gestión de los políticos en materia de inmigración, los de Salt en particular y de los gobiernos catalanes y españoles en general ha convertido a algunos de nuestros municipios en verdaderos reinos de Taifas que ya sólo una política realista y efectiva como la que propone PxC puede solucionar. Y para que quede claro que no han aprendido nada Artur Mas nos coloca como máximo responsable de inmigración a uno de los responsables de convertir a Badalona en un polvorín como el de Salt que está apunto de estallar en cualquier momento.
Descansen en paz todos los vecinos de Salt y también el joven hombre araña que a estas alturas ya se habrá dado cuenta de que Dios sólo hay uno y verdadero, el mismo que en el séptimo mandamiento dejo dicho: No robarás.
ROBERT HERNANDO